De hecho, ni siquiera pueden
distinguirlo, ya que estos animales son daltónicos y solo son capaces de
diferenciar el blanco, el negro y algunos tonos de grises. Por eso, daría igual
de qué color fuera el capote del diestro, porque lo que realmente enfurece al
animal son los movimientos que el torero realiza con dicha capa.

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